viernes, 16 de mayo de 2014

Libro-juegos, juego-libros.

Aprecio mucho los libros de este historiador. A pesar de ser temas recurrentes en la tradición europea, por lo menos desde Gibbon y su "Rise and fall of the Roman Empire", siempre consigue aportar algún giro nuevo (magistral su capítulo sobre la embajada a Atila en la que van "incustrados" asesinos a sueldo, con la misión de eliminarlo si es posible, al tiempo que trata asuntos diplomáticos).
Parece estar a la vanguardia de la investigación, consiguiendo ser profundo y ameno al mismo tiempo.


La verdad que siempre he pensado que el interés por los juegos de simulación, y por los wargames en particular, tiene mucho que ver con el deseo de poder sentirse un poco protagonista de un tiempo, de acercarte personalmente a los acontecimientos que simulan. Así que, fruto de esa "empatía", con frecuencia rebusco en mi ludoteca y revisito juegos que tienen que ver con aquello que en esos momentos estoy leyendo.


Por ello, estos días he desplegado el Atila, un viejo producto de la revista Command que te pone en los zapatos ("caligae", en este caso) bien del "azote de dios" o del caudillo Aecio. Es un juego majete, divertido, rápido y con mecanismos bastante atractivos. Como por ejemplo el combate, que comprende tres pasos que se resuelven sucesivamente; armas arrojadizas, carga y choque. Según eso, las unidades llevan tres valores que cambian en función de sus diversas aptitudes para ellos: Los temibles hunos, por ejemplo, tienen un 2-2-0 y la infantería ligera un 2-0-1. En cuanto a las legiones, despliegan un 0-0-4, muy potentes en combate cerrado (hay que obtener ese valor o menos para infringir una baja) pero que para cuando llegue esa fase pueden haber sido ya eliminadas por el hostigamiento previo de los más móviles ejércitos bárbaros. Una buena forma de representar las peculiaridades y variables del combate antiguo sin sobrecargarte de reglas.
Además, hay diplomacia, una posible intervención del Imperio de Oriente, asedios, milicias provinciales, eventos, etc... que se encargan de sumergirte en una época turbulenta.


Este es el segundo libro, que "continúa" el anterior (de hecho empieza casi en el momento en que termina el otro) y nos sitúa en una época más oscura, el surgimiento de la Alta Edad Media. Y aunque no requiere el conocimiento previo del primero, de interesarse por ellos recomendaría leerlos en ese orden. Aunque no haya referencias cruzadas si que se citan (sobre todo al principio) acontecimientos comunes.


Para remontarse ludicamente a esa época, a caballo entre dos mundos, y con mayor protagonismo de los llamados "pueblos bárbaros" hay también muchas posibilidades (Lest Darkness Fall, Imperium Romanum...) pero éste me encanta. Otro juego viejuno, el Fall of Rome, en este caso de Strategic&Tactics.
A pesar del título abarca bastante más alla (tiene muchos escenarios), llegando al intento de restauración del Imperio por los Bizantinos de Justiniano. Es un juego en solitario (también puede ser para dos, Oriente y Occidente) que ha sobrevivido en mi ludoteca mucho tiempo y al que siempre estoy dispuesto a volver. Aunque tiene unas reglas bastante enrevesadas te permite, en una sentada, enfrentarte nada menos que a todo un mundo que se derrumba, llegando al detalle de representar usurpadores que desbaratan tus planes y dilapidan tus escasos ejércitos en luchas intestinas o a distinguir entre partidas de guerreros incursores, simplemente en busca de pillaje, o auténticas migraciones masivas de pueblos que, como diría Peter Heather, pretenden participar de la prosperidad de la esfera romana. Una gozada...


No hay comentarios:

Publicar un comentario